Para disgusto de Marcia Amaya, su jefe, Eduardo Silva, sigue siendo exigente con los clientes. Pero el abogado no puede negarse a la solicitud de asistencia jurídica de su viejo conocido Gonzalo. Hace unos años, Gonzalo ayudó a Inés, la hija de Eduardo, a superar su adicción a las drogas. Actualmente dirige un campo para delincuentes juveniles. Cuando se produjo un incendio forestal, uno de sus pupilos murió en el incendio y otro, David, fue arrestado. Gonzalo cree en la inocencia de David, pero el abogado opina lo contrario.
Para disgusto de Marcia Amaya, su jefe, Eduardo Silva, sigue siendo exigente con los clientes. Pero el abogado no puede negarse a la solicitud de asistencia jurídica de su viejo conocido Gonzalo. Hace unos años, Gonzalo ayudó a Inés, la hija de Eduardo, a superar su adicción a las drogas. Actualmente dirige un campo para delincuentes juveniles. Cuando se produjo un incendio forestal, uno de sus pupilos murió en el incendio y otro, David, fue arrestado. Gonzalo cree en la inocencia de David, pero el abogado opina lo contrario.