Durante mucho tiempo hemos considerado el olvido como una debilidad de la mente humana. Pero: ¿Y si el olvido no fuera un error del cerebro? ¿Y si tuviera una función? ¿Y si nuestro cerebro liberara información cuando fuera necesario?, esto y más, se pregunta el neurocientífico, Tomás Ryan.
A diferencia del olvido patológico, que empeora con la edad y con la enfermedad, ¿podría ser el olvido normal una idea genial de nuestro cerebro? Solo gracias al olvido podemos lidiar con la avalancha de información y las experiencias emocionalmente estresantes. Pero, ¿cuánto olvido es bueno y cuándo se convierte en un suplicio?
Durante mucho tiempo hemos considerado el olvido como una debilidad de la mente humana. Pero: ¿Y si el olvido no fuera un error del cerebro? ¿Y si tuviera una función? ¿Y si nuestro cerebro liberara información cuando fuera necesario?, esto y más, se pregunta el neurocientífico, Tomás Ryan.
A diferencia del olvido patológico, que empeora con la edad y con la enfermedad, ¿podría ser el olvido normal una idea genial de nuestro cerebro? Solo gracias al olvido podemos lidiar con la avalancha de información y las experiencias emocionalmente estresantes. Pero, ¿cuánto olvido es bueno y cuándo se convierte en un suplicio?